Sin duda todos conocereis a Horatio Caine ("Hache" para los amigos) el policía de CSI Miami que se pasea por las noches de telecinco mirando con cara de jefe a la peña y soltando sentencias a diestro y siniestro del tipo: "nosotros somos los buenos y vosotros los malos".
Lo que no me podía imaginar es el odio visceral que granjea este tipo entre los telespectadores los cuales utilizan los foros de Internet para hacer de Hotatio el blanco de sus iras.
A continuación recogemos algunos comentarios recogidos de varios foros:
"Bueno no se!! a mi Miami no me va mucho, veo al Horatio Cane este como que se toca mucho los huevos y no entra en un laboratorio ni harto de calimocho. Es mas "policia". El (nomeacuerdo) de New York sirve pa un roto y un descosido... igual va por ahi en plan poli como que llega al CSI y se pone una bata. Y por fin Grisson!!! un crak, un rata de laboratorio, investigacion cientifica en estado puro... el tio tiene hasta una granja de cadaveres…"
"Horatio empieza las frases mirando la veleta del pueblo, y las termina mirando a su interlocutor."
"Aaaahh… el chuleta de Horatio Caine, qué guay es! Esas noches entresemana plantarse (en su sentido más vegetal) en el sofá a escuchar sus sentencias (porque ese hombre no habla, sólo dice sentencias) mientras se cala las gafas de sol contra un atardecer de filtro amarillo-naranja: - Yo soy Horatio Caine, y lo único que sé es que: en CSI Miami nosotros nunca cerramos"
"Aaaahh… el chuleta de Horatio Caine, qué guay es! Esas noches entresemana plantarse (en su sentido más vegetal) en el sofá a escuchar sus sentencias (porque ese hombre no habla, sólo dice sentencias) mientras se cala las gafas de sol contra un atardecer de filtro amarillo-naranja: - Yo soy Horatio Caine, y lo único que sé es que: en CSI Miami nosotros nunca cerramos"
"El tal Horatio me repatea cuando se pone a hablar con la gente sin mirarlos a la cara."
"Creo que el personaje televisivo que más odio –bueno, después del detestable Rizo, el erizo listillo de los seguros– es Horatio Caine, ese teniente deslavado con cara de tortuga al que da vida –expresémoslo así– David Caruso. El pesado de Hache siempre dice la última palabra en todo diálogo, y esa última palabra es invariablemente una estupidez con pretensiones de trascendencia. Los guionistas nos lo quieren presentar como un tipo duro con un rigor ético admirable, pero queda como un simple soseras que va de guay. Y lo peor llega cuando intentan que exprese sentimientos complejos, como afecto o compasión –su gestualidad se limita a achinar los ojos y estirar las comisuras de los labios–, o cuando le ponen a hablar con algún niño, en plan poli majo que se interesa por el béisbol alevín."
"Desde el minuto uno odié el careto de Horatio. Como dice Grissom, no hay segunda oportunidad para la primera impresión... Aunque ahondando en el tema, en ocasiones Grissom me recuerda a Eduardo Punset... con frases como: “Las personas mienten... las pruebas no” o “Ahora que ya no hay árboles casi puedo ver el bosque ...”
"CSI Miami es muy triste, me temo que el 90% de la culpa es de Horatio y sus frases lapidarias: "cometiste dos errores el primero: Asesinar a esa niña; el segundo: no tener en cuenta que nosotros nos ocupariamos del caso"
"Horatio Caine contempla el horizonte con los brazos en jarras y la expresión de quien mira pasar los flamingos. “He cogido al malo”, parece decirse, y agacha y mueve la cabeza como si no se lo pudiera creer. A veces no sabemos si medita, le remuerde la conciencia o le ha venido un retortijón de chorizo que no se aguanta ni él. Horatio Caine es pelirrojo y con cara de úlcera, mide metro ochenta y pico, y se descuelga con frases como “Dime algo que no sepa” o “ponte el traje que vas a bucear”. Su voz, entre Chuck Norris y Luis Del Olmo, es la del macarra ideal. Horatio Caine es un tipo con sentimientos: vive enamorado de la viuda de su hermano, y cuando la ve pasar se le pone una cara de pajillero que no tiene más remedio que volver a colocarse las gafas, del corte que le da. Al principio de cada episodio, Horatio se enfrenta al delincuente, le mira fijamente y le explica que le va a atrapar. Al final del episodio, Horatio se enfrenta al delincuente, le mira fijamente y le explica que ya le ha atrapado. Son las reglas de Horatio. Un tipo sin igual."
